Hace algunas semanas, tuve la visita de unos buenos amigos
del hemisferio norte.
Como era de esperarse; nos pusimos a conversar acerca
de nuestras respectivas historias y vidas cotidianas y;
las similitudes y diferencias que encontrábamos en las mismas.
Con la actualidad de un mundo globalizado, uno tiende a pensar
que ya no hay diferencia entre ellas, en un segmento
socioeconómico y en culturas similares.
Cosas que pensábamos que eran obvias, al final no lo eran tanto.
Fue divertido saber que este -para mi- maravilloso invento,
llamado "bidet" no era lo mismo en territorio de mis amigos.
No es que no cumpliera la misma función.
A esta altura de los tiempos, todos sabemos más o menos
que sirve para limpiarse el trasero.
Hay otros que también lo usan para refrescarse las patas,
lavar las zapatillas o, en mi caso, para bañar a mi gato.
Mi novia una vez calificó al de casa como "bidet violador",
pero esa es otra historia... jeje
Mis amigos conocían el bidet, vamos, ellos nacieron
y viven en el primer mundo.
Pero no sabían que aquí el mismo puede funcionar
de dos maneras según como queramos orientar el flujo de agua.
Para ser más específicos, no conocían el chorrito de agua "para arriba".
Algo sumamente cotidiano para mi y, siendo más específicos, mi trasero.
Hace siglos que no uso papel higiénico más que para secarme.
Digamos que me siento "sucio" si no me lavo con el bidet.
Son locuras mías? Probablemente.
El tema es un asunto cotidiano y al que no le presto mayormente atención,
se complica sobremanera cuando me voy de campamento o,
en algún momento en que la biología es más poderosa que
la fuerza de voluntad, por lo general, en la vía libre o en alguna casa ajena.
La cosa se pone aún peor si se está en el departamento
de algún conocido "no tan conocido" y el baño está justo al lado de donde
se está desarrollando la multitudinaria reunión
(digo multitudinaria porque con 4 personas ya se ocuparon todas las sillas).
Hay que cuidarse de no hacer mucho ruido y no apestar el ambiente.
Si hay desodorante de ambiente zafamos el olor,
pero no la vergüencita de que, al emerger de nuestra meditación,
todo el mundo se entere que contribuimos a taparle la cloaca a nuestro anfitrión.
Como no podía ser de otra manera, el departamento era pequeño
y la reunión multitudinaria.
Para peor, solo conocía a la persona que me había llevado al mismo.
Estaba lleno de bellas mujeres y de ardua competencia para conquistarlas.
Y mi maldito metabolismo se decidió justo en ese momento,
a dejar de ser regular y llamar a la acción en un horario impensado.
Justo allí, justo en ese momento, justo con esa gente.
Algo más podía contribuir de manera negativa con toda la situación?
Ante lo inevitable pregunté donde quedaba el baño,
las chanzas de rigor y las risas de la competencia y ya me metí
ruborizado por la verguenza.
Una vez dentro y sentado, me puse a observar el entorno:
-No hay revistas, mejor para que todo el proceso sea lo más rápido posible.
-Hay desodorante de ambiente y si,
-hay bidet!!!
Es jodido usar un bidet que no es de uno.
Al momento de la meditación, invariablemente me asaltan las mismas dudas...
-"Por que lo tapan con esa cosa peluda?"
-"Se podrá usar?"
-"Esta familia lo usará?"
-"Está esto realmente limpio?"
-"Funcionará bien"?
-"Será mala educación usar un bidet ajeno?"
-"lo seco después de usarlo?"
-etc,etc
Luego de una ligera observación, todo parecía indicar que el bidet funcionaba,
que había sido usado y que estaba limpio.
"Uff, al menos voy a poder lavarme el culo", pensé. ;)
Me siento y abro la canilla como siempre, acostumbrado a la presión
de agua de mi casa.
Primer error, aquí había muchísima más presión y además de todo,
el agua salió "hirviendo".
Sentí un fuego en mi interior que me hizo saltar inmediatamente
hacia adelante para huir despavorido y detener esa tortura.
No sé como hice para no gritar como un animal.
Con los pantalones bajo las rodillas no pude llegar muy lejos y caí de bruces.
El chorro de agua infernal rebotaba contra el cielorraso y
ahora me quemaba la espalda.
Asi que otro movimiento escapatorio, esta vez hacia un costado para evitarlo.
Pocas veces en mi vida estuve tan dolorido y desesperado,
sobre todo porque aún tenía que desactivar ese maldito géiser
que me quemaba cada vez que acercaba el brazo para hacerlo.
Eso sin contar que no podía putear a viva voz para descargarme
por las chicas que estaban afuera.
Luego de uno segundos que me parecieron eternos pude cerrar el grifo.
Estaba en el piso, todo mojado, dolorido y con los pantalones abajo.
Una piltrafa humana.
Me tomó cerca de 10 minutos secar un poco la ropa y a mi mismo.
A la hora de secar el techo con el toallón, el yeso comenzó a desprenderse
del cieloraso manchando todo de blanco.
Luego seguí por el piso con el mismo toallón y, gracias a Dios!
Había un canasto con ropa sucia en donde pude esconderlo. :)
Ya que tenía el pelo mojado volví a peinarme y salí del baño
como si nada hubiera sucedido.
Uno de los chicos al verme salir dice
"Ya pensábamos que te habías ido por las tuberías, tiraste la cadena y pusiste desodorante?" Ante las risas de los demás.
Solo le respondí con una sonrisa sobradora.
La broma era nada comparada con lo que había vivido minutos antes, jeje.
metal up your ass!!!!!
viernes, diciembre 07, 2007
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