Un cierto día un hombre estuvo aquí
de mirar tan tierno y dulce que,
nunca se vió.
En su canto había una oración,
nunca se escuchó otra canción
como la de El.
Solamente hablaba El de amor
todo esto suyo era de amor, y paz
El traía en su corazón.
El por esos campos caminó,
desde las montañas predicó,
de amor mayor.
Y la luz brilló en la oscuridad
y el sol nació en cada corazón
que comprendió.
Que además de esta vida aquí
existe otra vida más allá y así,
al renacer, morir no es el fin.
Todo lo que El aquí dejó.
No pasó y siempre va a existir.
Por esos lugares que pisó
dio el camino cierto a seguir.
Yo sé que El algún día volverá,
y en los mismos campos buscará,
lo que sembró.
El va a cosechar lo que nació
llorar por la semilla que murió,
sin florecer.
Pero aún hay tiempo de plantar,
hacer dentro de sí la flor del bien,crecer,
para entregar,cuando El regrese aquí.
Todo lo que El aquí dejó.
No pasó y siempre va a existir.
Por esos lugares que pisó,
dio el camino cierto a seguir.
R.C.
sábado, abril 30, 2005
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