viernes, diciembre 08, 2006

ESCRITO POR UN HOMBRE



1) Nos importa un carajo cuanto pesan.
Es fascinante TOCAR, ABRAZAR Y ACARICIAR el cuerpo
de una mujer.
PESARLA, no nos produce ningún efecto.

2) No tenemos la menor idea de lo que es un talle.
Nuestra evaluación es VISUAL.
Es decir, si tiene forma de guitarra,¡¡¡ está buena !!!.
No nos importa cuanto mide en centímetros.
Es una cuestión de proporción, no de medida.

3) El prototipo IDEAL del cuerpo de una mujer ...
son las modelos de almanaques de gomería :
Curvilíneas, pulposas, femeninas...
esa clase de cuerpo que de un solo golpe de vista
uno identifica sin duda alguna y
en una fracción de segundo: MUJER.
Las flaquitas que desfilan en las pasarelas,
siguen la tendencia diseñada por modistos,
que dicho sea de paso, son TODOS TROLOS,
y odian a las mujeres y compiten con ellas.
Sus modas, son lisa y llanamente agresiones al cuerpo
que odian.

4) No hay belleza más irresistible en la mujer
que la FEMINEIDAD y la DULZURA.
La elegancia y el buen trato,
son equivalentes a mil Viagras.


5) Una lola es una lola, las caderas, son caderas y punto.
Si la naturaleza les dio ese aspecto curvilíneo,
es por algo y reitero:
A NOSOTROS NOS GUSTAN ASI.
Ocultar esas curvas, equivale a tener tu mejor sillón
embalado en el sótano.

6) Es una ley de la naturaleza que todo aquel que se casa
con una modelo flacucha , anoréxica, bulímica y nerviosa,
al poco tiempo se elige una amante pulposa, simpática,
relajada y llena de salud.

7) Las jovencitas son lindas...
pero las de 35 para arriba,
SON EL VERDADERO PLATO FUERTE.

8) El cuerpo CAMBIA. Crece.
No pueden pensar sin estar psicóticas,
que les puede entrar el mismo vestido
que cuando tenían 18 años. Además, una mujer de 35,
que le entre la ropa de cuando tenía 18,
o tiene problemas de desarrollo, o se esta autodestruyendo.

9) Nos gustan las mujeres que saben manejar su vida
con equilibrio y saben manejar su natural
tendencia a la culpa.
O sea: la que cuando hay que comer,
come con ganas (la dieta,vendrá en septiembre, no antes);
cuando hay que hacer dieta,
hace dieta con ganas(no se sabotea ni sufre);
cuando hay que tener intimidad de pareja,
la tiene con ganas (los chicos están bien adonde están
y no se van a morir por no ver a su madre una hora y media);
cuando hay que comprar algo que le gusta,
lo compra (no piensa en que le esta quitando algo
a sus hijos, sino que sabe que ella lo vale y
por eso lo adquiere);
cuando hay que ahorrar,
ahorra (y no sufre pensando en lo que se priva,
porque lo hace por algo).

10) Algunas líneas en la cara,
algunos puntos de sutura en el vientre,
algunas marcas de estrías, NO LES QUITAN SU BELLEZA.
Son heridas de guerra, testimonios de que han hecho algo
con sus vidas, no han estado años al pedo en formol
ni en un spa. Han VIVIDO.

El cuerpo de la mujer es la prueba de que Dios existe.
Es el sagrado recinto donde nos gestaron a todos
los hombres, donde nos alimentaron, nos acunaron
y que nosotros sin querer, arruinamos llenándolas
de estrías, de cesáreas y demás cosas que tuvieron
que ocurrir para que estemos vivos.

Cuídenlo. Cuídense. Quiéranse.
La belleza es todo eso. Todo junto...

sábado, diciembre 02, 2006

Mejor Que El Mail

¿Cómo se llama ese e-mail que no necesita de una computadora,
ni de una conexión con Internet, ni de un locutorio, ni de la PC
de la oficina, ni de la palm de un amigo o, de una notebook prestada
en un bar coqueto con Wi-Fi?
Digámoslo mejor, ¿cómo se llama ese e-mail que no necesita del e-mail?

Se llama SMS, por supuesto. (por "Short Message Service" o servicio de mensajes cortos)

Todavía me encuentro con personas que se asombran del número
de mensajes de texto que se envían en Argentina.
Por ejemplo, el último 20 de junio, Día del Amigo, la empresa "personal"
procesó 70 millones de SMS.
Suena a mucho.
De hecho, fue mucho para las redes celulares locales, que en el pico de la
amistosa jornada se atascaron. ( A menudo se atascan en cualquier día, pero
bueh! fíjense dónde estamos)

Hay algo así como una resistencia, una traba intelectual o algo por el estilo
que nos ha impedido desde tiempos muy antiguos ver algo que,
sin embargo, tenemos delante de las narices:
todos los seres humanos tenemos las mismas necesidades.
Una de ellas es la comunicación.
Aísle a una persona de sus iguales y terminará por perder el juicio.
No se trata de un lujo, se trata de una necesidad vital.

El e-mail fue la killer application (el programa que dispara una plataforma
al estrellato) de Internet.
Lógico.
Hasta entonces sólo teníamos la carta, el teléfono, el fax y el telegrama,
todos ellos con una cantidad de inconvenientes.
El teléfono te interrumpe, el fax se queda sin papel, la carta exige estampillas
y buzones, y el telegrama es igual, pero más complicado.
De pronto, podíamos escribirles a nuestros colegas, amigos y familiares
sin tanto problema. Desde casa. Desde la oficina.

Por alguna razón que me resulta inextricable, muchos se asombraron de que
algo tan bueno tuviera tanto éxito. Empezando por su creador, Ray Tomlinson.
Pero al final se volvió cotidiano y muchos trataron de un millón de maneras de
emular ese triunfo. No lo lograron porque en lugar de entender a la gente intentaron desentrañar la fórmula el éxito del e-mail. El carro delante del caballo.

Entre tanto, el SMS, calladito y sin esfuerzo, alcanzó la popularidad de inmediato.
¿Por qué?
Porque el e-mail también impone restricciones:
se necesita un dispositivo conectado a la Red y un cliente correctamente configurado.
En cambio, el SMS lo mandás desde un taxi, caminando por la calle o
un minuto antes de que empiece el recital, en medio de un estadio repleto.
Y lo que tiene todavía más gravitación en el para nada insólito hecho de que se
hayan vuelto tan exitosos, los SMS pueden enviarse y recibirse con los teléfonos
más básicos del mercado.

Se calcula que existen unos tres millones de conexiones de Internet en Argentina.
Pero hay alrededor de 20 millones de líneas de teléfonos móviles.
Creo que la ecuación es suficientemente clara.


Qué estás esperando para enviarme ese maldito mensajito?